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mayo 23, 2011

Economía

Paraísos fiscales: Donde la Ley es NO pagar impuestos
Por: S.E. Rodrigo Torres A.
Todos pagamos impuestos, bueno… casi todos, pues en la actualidad existen países en donde el Estado no cobra impuestos (o cobra muy pocos) a inversionistas extranjeros que tengan cuentas bancarias o formen sociedades en su territorio, mientras que las empresas y ciudadanos residentes en dicho país sí están obligados a cubrir por completo sus obligaciones fiscales.

Los estados que aplican este tipo de políticas tributarias lo hacen con la intención de atraer divisas extranjeras para fortalecer su economía. En su mayoría se trata de pequeños países que cuentan con pocos recursos naturales o industriales, de modo que utilizan esta clase de actividad para subsistir.
En recientes años, varias compañías de todo el mundo han recurrido a paraísos fiscales para disminuir la carga tributaria que les imponen sus gobiernos, carga que en algunos países europeos puede llegar a ser bastante alta. Por ejemplo, de acuerdo con datos de la OCDE, en países como Noruega, los impuestos a los ingresos de las empresas llegaron a representar el 8.2 por ciento de su PIB en 2009, siendo uno de los países que más recauda en este rubro, pues en el resto del mundo el nivel de recaudación por concepto de rentas empresariales difícilmente llega al 5%.
¿Cómo operan los paraísos fiscales?
Como ya se había adelantado, en la dinámica de los paraísos fiscales existe un país el cual no cobra o cobra muy pocos impuestos a las empresas extranjeras con cuentas en su territorio, dichas empresas operan a través de lo que se conoce como sociedades offshore, término que se utiliza para denominar cualquier actividad o inversión que se realiza fuera del propio país de residencia, las actividades offshore incluyen operaciones como: cuentas bancarias, seguros, inversiones inmobiliarias, sociedades extranjeras, fondos de inversión, etc.
El procedimiento por medio del cual funcionan los paraísos fiscales se describe en términos muy generales de la siguiente forma: supongamos que una empresa produce bienes en México, los ingresos que obtiene por la venta de dichos bienes, no los deposita en México, en lugar de ello, los deposita por ejemplo en una cuenta en Las Islas Caimán (o en cualquier otro país con las características de un paraíso fiscal) a través de crear una sociedad offshore en dichas islas. El resultado es muy beneficioso para esta empresa, pues con esta operación evade gran parte de los impuestos que tendría que pagar en México.
A continuación se enlistan algunas de las principales ventajas que obtienen las empresas al operar con sociedades offshore en los paraísos fiscales: 
  • Constitución rápida, simple y barata. En la mayoría de las jurisdicciones una sociedad puede ser constituida en menos de 48 horas y con un mínimo de documentación. Una copia del pasaporte y un comprobante de domicilio normalmente son suficientes. El coste de constitución no suele superar los 1000 dólares.
  • Normalmente no existen limitaciones en cuanto a la nacionalidad de accionistas y directores. A menudo es posible formar la sociedad con una sola persona que desempeña todas las funciones.
  • Administración sencilla y económica. La exención de impuestos conlleva que la empresa no tenga que realizar trámites de liquidación de impuestos (como por ejemplo el IVA). En la mayoría de los paraísos fiscales además no se exige la presentación de cuentas anuales, lo que evita costosos procesos de contabilidad y auditoría. De este modo la empresa puede llevar su propia contabilidad o registrar sus actividades de la manera que estime oportuna.
  • Estricta confidencialidad. En las jurisdicciones offshore los datos personales de accionistas y propietarios de las sociedades no figuran en ningún registro público. Se permite el uso de representantes. De este modo se consigue todavía un nivel mayor de protección de la privacidad.
  • Es posible constituir una empresa sin desembolsar el capital suscrito.
  • Normativa favorable para asistencia financiera a terceros, o la fusión de empresas.
  • Libertad de inversión. En muchos países existen regulaciones financieras rígidas destinadas a la protección de los inversores, que dificultan o impiden la participación en determinados negocios, valores o fondos de inversión. Las sociedades offshore no están sometidas a este tipo de regulaciones, por lo que se abre todo un mundo oportunidades de inversión globales, a las que de otra manera no se tendría acceso.
  • Posibilidad de redomiciliación de la sociedad a otra jurisdicción, sin detener la actividad de la empresa.  
Como se puede observar, los paraísos fiscales son sumamente atractivos para las empresas, pues entre otras cosas, les permite obtener mayores ganancias. Sin embargo, hay que decir que las empresas no son las únicas que se benefician con este tipo de prácticas, pues todo este sistema también puede servir para ocultar actividades ilícitas como el lavado de dinero proveniente de grupos criminales (narcotráfico o terroristas)
Las consecuencias económicas de los paraísos fiscales
Desde el punto de vista de la economía, los paraísos fiscales generan severos problemas económicos, pues los impuestos que las empresas dejan de pagar limitan no sólo la capacidad del Estado para proveer servicios públicos tales como educación, salud, o vivienda, sino que los demás contribuyentes residentes de un país, tienen que cubrir esa diferencia para que las cosas sigan funcionando, lo que lleva a tener una mayor carga tributaria en los grupos con menores ingresos.
Es decir, lo que un sistema como éste genera, es ni más ni menos que una mayor inequidad en el reparto de la riqueza, pues cuando las empresas no pagan impuestos, los ricos se vuelven más ricos y los asalariados más pobres, ya que como mencioné ahora tienen que pagar más impuestos al tiempo de que reciben cada vez menos y peores servicios públicos dada la baja recaudación fiscal.
Hay que mencionar que este problema se agrava aún más en países como México, en donde los gobiernos son sumamente corruptos, las instituciones encargadas de la recaudación no son eficientes, la legislación en la materia es engorrosa y la calidad de los servicios públicos es muy mala.
Por otra parte, también hay que decir que la culpa de esto no la tiene por completo el gobierno, pues son las empresas las que en su afán de conseguir siempre mayores beneficios, buscan la forma de evadir sus obligaciones fiscales, por ejemplo, cabildeando en los congresos, sobornando funcionarios etc.
En fin, lo más importante a entender sobre este asunto, es que los paraísos fiscales sólo benefician a un pequeño grupo (los dueños de las empresas que evaden impuestos) y perjudican a todos pues dejan sin recursos a las economías, generando con ello sociedades más pobres y violentas.
Por ello, se deben buscar alternativas para evitar este tipo de actividades, es necesario que la comunidad internacional dedique esfuerzos para ejercer presión sobre los países que actúan como un paraíso fiscal. Además, se deben buscar otras formas de organización para que las empresas puedan seguir compitiendo y disminuir sus costos, pero no a costa de evitar sus obligaciones fiscales, sino más bien otorgándoles incentivos para ser más eficientes y con ello incrementar sus ganancias, de manera que en lugar de usar su poder económico para evadir impuestos lo usen para exigir mejores gobiernos y sobre todo, un mejor uso de los recursos públicos.
Referencias y más información en:
www.paraisos-fiscales.info
www.oecd.org
Documental: “Paraísos fiscales, la Gran Evasión” Televisión Española TVE.

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